viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº1969

Política | 29 jul 2022

Massa, la bala de plata del Gobierno

Agobiado por la situación económica y la desconfianza política, el presidente Fernández le dio un poder supremo a Sergio Massa, uno de sus socios políticos más relevantes. El presidente de la Cámara Baja se juega el todo por el todo: intenta salvar la coalición y ser presidente en 2023.


Lo que era un secreto a voces, de repente, se transformó en una realidad. Las versiones periodísticas que desmintieron funcionarios, allegados e informantes, finalmente dejaron de versiones y confirmaron o que la prensa ya sabía. Sergio Tomás Massa, otrora detractor de la coalición que ahora habita, se transformó en el “Super ministro” que tendrá a su cargo toda la cartera económica del país, buscando un golpe de efecto que le permita al Gobierno paliar la crisis y a él, dar el salto a la presidencia que tanto anhela.

La realidad es que el desembarco de Massa al Gabinete es la última trompada del boxeador al borde del nocaut. Alberto sabe que su Gobierno pende de un hilo y al no poder consensuar con CFK por la diferencia ya expuestas, escucha el clamor de los mercados por incorporar a Massa, un equilibrista que cae siempre bien parado.

Atrás parece haber quedado las diferencias en las que Massa reclamaba por “terminar con la corrupción kirchnerista” y los domingos de asado y fútbol mientras Néstor era presidente. El caudal político conseguido por “massita” lo transformó en un hipotético presidenciable que se juega buena parte de su futuro en el próximo año.

Para el kirchnerismo acérrimo, la llegada de Massa es una patada en los dientes. Lo consideran un traidor, pese a que tanto Máximo como Cristina se han mostrado cerca de él en los últimos años. Su salida del Gobierno fue muy traumática y el archivo avala aquellos pensamientos. Por eso, la gran pregunta que queda flotando es qué dirán los kirchneristas más radicalizados (Larroque o Wado De Pedro, por citar apenas dos ejemplos) cuando les pongan un micrófono adelante.  

Mientras tanto, Sergio Tomás hará su parte para buscar ser el Fernando Cardozo de Argentina. El brasileño llegó al poder como una figura con el visto bueno de los empresarios, le dio estabilidad al país y terminó siendo presidente allá por 1995. Massa, con su forma y a su estiló, buscará que la historia latinoamericana esta vez lo tenga como protagonista…

 

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