

La noticia sorprendió a propios y extraños. El líder del radicalismo y gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, no anduvo con vueltas ni preámbulo cuando hace algunos días se lo consultó acerca de si iría a la convocatoria efectuada por el Gobierno para explicar como estaban las negociaciones con el FMI: “Claro que vamos a ir, si esa deuda la contrajimos nosotros. Lo menos que debemos hacer es ir a escuchar”.
La frase de Morales se dio justo cuando los medios cercanos al PRO (Clarín y La Nación a la cabeza) aseguraba que los gobernadores radicales no irían a la convocatoria apoyando la posición de Larreta.
El lunes, Larreta cruzó llamadas con los tres gobernadores radicales: Morales (Jujuy), Gustavo Valdez (Corrientes) y Rodolfo Suárez (Mendoza). En esas conversaciones, hubo reparos a la posición ultra de no asistir, pero se impuso la línea más dura. Al punto de que sacaron un comunicado en el que decían que no iban a ir porque "la reunión informativa a la que fueron convocados se asemeja a una reunión política más que a una reunión institucional de trabajo".
El martes, cuando lo consultaron, Larreta puso la cara para reafirmar la negativa, pese a que el Gobierno había cumplido con todas las condiciones que habían puesto para ir. Allí fue donde Morales se hizo eco de una crítica sostenida y decidió acercar posiciones con el presidente Fernández, con el que llegó a un acuerdo para presentarse en la reunión, dejando sólo y expuesto al Jefe de Gobierno porteño.
De esta manera, la interna de la coalición opositora parece tener poco que envidiarle a la oficialista y es el presagio de dos años sumamente calientes en cuanto a discusiones vinculadas con candidaturas y juego político pensando en la presidencia 2023.