En épocas de elecciones la discusión sobre modelos, políticas públicas y fundamentación de proyectos a futuro parece esconderse detrás de la vestimenta, el marketing y la puesta en escena. Hoy, los debates electorales son más un cúmulo de palabras que la búsqueda de clarificar el pensamiento del votante, que debería ser el beneficiado para tener una idea más acabada de a quién votar y por qué.

Esa falta de preparación, contenido e ideas que se da en Argentina, donde pocas frases son recordadas y muchas chicanas festejadas, poco tienen que ver con los debates presidenciales que se dan en EEUU, donde la tradición acapara la atención de millones de personas y a lo largo de la historia sirvieron para definir elecciones.

En Argentina, los debates comenzaron a ser obligatorios desde el año 2015, con aquel recordado “en qué te has convertido, Daniel” de Macri a Scioli, en plena carrera por la presidencia. Pese a ello, la poca monta intelectual de los debates es evidente y desnuda las falencias que existen en quienes tienen la responsabilidad de gobernar el país.

El Dr. en Ciencias Jurídicas Miguel González Andía es actualmente decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Católica de La Plata. Con el conversamos acerca de la importancia que tiene para la sociedad conocer las ideas de los candidatos y qué tan importantes son los debates para construir ideas generales para conducir un país.

También buscaos la opinión de la Licenciada Analía Pastrán, que es Licenciada en Ciencia Política y Relaciones Internacionales y actualmente es profesora titular de la materia Comunicación Política y Política Transnacional en la UCALP. Con vasta experiencia en el exterior, que parte de su vida vivó en EEUU, la Licenciada también opinó acerca de la importancia que tiene debatir ideas para obtener claridad a la hora de votar.

Los debates electorales son una obligación moral para los candidatos. Exponer sus ideas con altura, precisión y responsabilidad debería ser una constante, que muy pocas veces se respeta y cumple. Acaso por eso, el chauvinismo, la desacreditación y la falta de capacidad intelectual muchas veces termina siendo más importante y atractivo para quienes deben tomar con responsabilidad semejante intercambio de ideas.