“Entre bomberos no nos pisamos la manguera”. El refrán, más vejo que la política, bien podría aplicarse a la lógica que prevalece en el municipio por estas horas, donde causó profundo revuelo la decisión de los concejales que responden al intendente la aprobación de los números presentados por la administración garrista y que fueron eje de debate en plena asunción del actual gobernante.

Pese a las denuncias que había formulado el gobierno de Alak a poco de asumir sobre irregularidades en la contratación de trabajadores y el monto de la deuda flotante heredada, Unión por la Patria resolvió acompañar el expediente después de discusiones internas. También levantaron la mano los ediles del PRO, de la UCR + PRO y del unibloque PRO Libertad, quienes hasta diciembre formaban parte del bloque Juntos, alineado con Garro.

El gasto del municipio el año pasado fue de 86.236 millones de pesos, es decir un 58,7% más del que estaba previsto originalmente en el Presupuesto 2023 y que era de 54.333 millones de pesos. Los recursos corrientes percibidos ascendieron a 80.597 millones de pesos. En cuanto a la distribución del gasto, el 80% correspondió a fondos de libre disponibilidad y el 20% a fondos afectados específicamente: el 16% de origen provincial, el 3% municipal y el 1% nacional.

En tanto, la deuda flotante del ejercicio, uno de los temas que generó controversia entre Garro y Alak, cerró en 5.319 millones de pesos. "Se puede concluir que se cerró el ejercicio con equilibrio presupuestario, con un comportamiento razonable que permite demostrar una gestión prudente que contribuyó a lograr una mejora organización de la Hacienda del municipio", señala el expediente.